EL ARTE EFÍMERO
Hay una pregunta inevitable a la que debes hacer frente tarde o temprano si practicas algún deporte: ¿por qué lo practicas?. Suele formularla un/a sedentari@ que encara con resignada dignidad una posible cardiopatía. Existe una variante a la pregunta, digamos, más "Sánchez-Dragó/Jesús Quintero": ¿de qué huyes?
Lo curioso es que ninguna de estas preguntas suele formulársele a un artista, a menos que coloque la taza de un water dentro de un museo y tenga los santos cojones de afirmar que se trata de una obra de arte. Pero yo estoy convencido de que ambas actividades, deporte y arte, se parecen: te envuelven de levedad hasta que te sitúan fuera del tiempo y de la rutina.
La diferencia, tal vez, es que la obra de arte de un deportista es mucho más personal y efímera a ojos de un/a cardiópata espiritual.